lunes, 2 de noviembre de 2009

¿Canto por el pueblo?

¿Canto por el Pueblo?


Reinaldo González.-
Resultaba absurdo pensar que el llamado “Canto por el Pueblo”, concierto convocado para recordar a Alí Primera a 67 años de su nacimiento, emularía los homenajes que han hecho históricamente los seguidores de nuestro más grande cantor: modestos, reflexivos, sentidos, debido al tamaño de la tarima y de los tipos de seguridad, al despliegue en la producción y a la presencia de algunos grupos internacionales arrodillados a la industria del espectáculo que oscilan entre actuaciones y declaraciones polémicas ante coyunturas políticas, por un lado, y reculadas cuando esas manifestaciones amenazan el aumento de las cifras en sus cuentas bancarias, por el otro. Es la primitiva táctica del “estira y encoge”, muy conveniente para el bolsillo y muy distante del ejemplo que dio Alí en vida: claro, directo, contundente, sin andar con sutilezas, sin rebuscar poesía, sin perfumar la mierda.

Sin embargo, tratándose de un evento organizado por algunas instituciones del Gobierno Bolivariano, algunos ingenuos creímos que la actividad, en su carácter masivo, podría servir para tambalear –o al menos inquietar- las estructuras mentales de muchas personas que, sin ser oligarcas o enemigas de clase, desconocen el legado de Alí Primera. Lograrlo sólo requiere un poquito de creatividad, osadía y, sobre todo, respeto. La anunciada presencia de agrupaciones como Dame Pa’ Matala y La Siembra del Cantor, entre otras, alimentaba esa esperanza.

Pero, una vez más, sobraron las consignas vacías, las canciones estupidizantes durante los cambios técnicos, los animadores que dividen al público entre hombres y mujeres, caraquistas y magallaneros, chavistas y yanquis que no brincan… Otro Sábado Sensacional “rojo rojito” y detrás de todo esto, como para justificar el gasto, las imágenes de Alí y una que otra de sus canciones. Nuevamente se llenaron los proveedores que especulan con tarima, sonido y luces, las empresas de seguridad y, por supuesto, los artistas internacionales que cobraron en dólares y los artistas nacionales que recibieron bolívares excesivamente fuertes.

Sí, Calle 13 le calló la boca a Globovisión y demás medios de la burguesía que negaban la participación del grupo puertorriqueño en el “Canto por el Pueblo”, pero la “megatarima socialista” nos calló la boca a quienes creemos que los espacios de recreación deben trascender la lógica del “eventismo” y servir, sí, para brincar y bailar, pero también para pensar.

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