Siete grupos se unen en la construcción de un circuito artístico independiente
Reinaldo González.- El 8 y 9 de mayo de 2009, un grupo de bandas musicales realizó en los espacios del nuevo Nuevo Circo una actividad que fue reseñada como el lanzamiento oficial de La Liga. A simple vista, parecía el inicio de una articulación entre artistas alternativos, tomando en cuenta sus participantes: Dame Pa’ Matala, Palmeras Kaníbales, El Pacto, La Radio Candela, La Gente, MásMegaHertz y el cantautor José Alejandro Delgado. Pero basta adentrarse un poco en los espacios de La Liga para comprender que hay mucho más en sus cimientos.
Como indica su presentación escrita, se trata de un “colectivo de agrupaciones e individualidades unidos por la necesidad de promover valores y prácticas que contribuyan con la elevación de los niveles de conciencia para la construcción de una sociedad justa e igualitaria, a partir de diversas expresiones artísticas y creativas”.
De modo que, a diferencia de otras propuestas, La Liga se inició con una discusión de principios, que constituye un paso fundamental para la unificación de criterios mínimos, sobre los cuales se facilita la construcción de procesos organizativos desde la praxis.
El objetivo: “desarrollar una plataforma que permita generar prácticas alternativas para la producción artística sustentable e independiente”, agrega la presentación. Aunque se expresa en contadas líneas, no fueron pocas las horas de discusión para definir este objetivo. En el intercambio participaron artistas de la música, el teatro y la danza, productores, técnicos, comunicadores, entre otros, concientes de que la sustentabilidad y la independencia pretendidas requieren del concurso de voluntades capaces de atender las diversas fases de la cadena de producción artística: creación, grabación, reproducción, difusión y distribución, por nombrar las más importantes.
Una idea que muchos han tenido, pocos han concretado y menos han sostenido, por las dificultades que conlleva la sola pretensión de montar tienda aparte de la alienante y deshumanizadora industria del espectáculo.
Una idea que muchos han tenido, pocos han concretado y menos han sostenido, por las dificultades que conlleva la sola pretensión de montar tienda aparte de la alienante y deshumanizadora industria del espectáculo.
Circuito Sonido Vital
Pero la voluntad se impuso sobre las limitaciones y La Liga ya puede exhibir entre sus logros una propuesta coherente, objetivos generales y específicos definidos, una estructura de funcionamiento, asambleas semanales, medios de comunicación internos, un blog, un espacio en la red social Facebook y hasta un disco promocional, que incluye temas de todas las agrupaciones del colectivo.
Todo ello ha servido de plataforma para impulsar de manera autogestionaria el circuito Sonido Vital, que se inició el pasado el pasado 29 de mayo en el bulevar de Caricuao y ha tomado semanalmente espacios públicos como la plaza Brión de Chacaíto y la plaza Miranda de Los Dos Caminos, en Caracas; además de la toma cultural La Ahuyamita, en Cabudare; la plaza de la Justicia, en Barquisimeto; y la plaza Bolívar de San Felipe.
Han facilitado la concreción de esta iniciativa algunos aliados institucionales como Movilnet, PDVSA Centro de Arte La Estancia y la emisora juvenil Alba Ciudad, así como la agrupación Teatro Extremo y las cooperativas Ser.Es Creativos y Garabato, además de numerosas individualidades que creen firmemente en la necesidad de generar espacios de recreación alternativos, formativos y permanentes.
La programación original del circuito Sonido Vital culminó el pasado 5 de julio en la ciudad de San Felipe, con conciertos del cantautor José Alejandro Delgado y las bandas Dame Pa' Matala y El Pacto. Está prevista una actividad de cierre del circuito para el próximo 25 de julio en los espacios del nuevo Nuevo Circo (por confirmar).
La idea es revitalizar y consolidar progresivamente diferentes espacios públicos que pasen a formar parte de un circuito independiente, en el que la música, el teatro y otras expresiones artísticas tengan cabida.
La programación original del circuito Sonido Vital culminó el pasado 5 de julio en la ciudad de San Felipe, con conciertos del cantautor José Alejandro Delgado y las bandas Dame Pa' Matala y El Pacto. Está prevista una actividad de cierre del circuito para el próximo 25 de julio en los espacios del nuevo Nuevo Circo (por confirmar).
La idea es revitalizar y consolidar progresivamente diferentes espacios públicos que pasen a formar parte de un circuito independiente, en el que la música, el teatro y otras expresiones artísticas tengan cabida.
Contra la banalidad
El hecho artístico y, en especial, la música, no han escapado de la llamada “globalización”, que lejos de promover una “aldea global” donde los pueblos del mundo intercambian sus culturas, constituye la imposición de los sectores económicos dominantes sobre los pueblos del mundo.
Los espacios de recreación, idóneos para la satisfacción de las necesidades espirituales, la reflexión y la elevación de la conciencia, han sido desplazados por una despiadada industria del entretenimiento y el espectáculo, que se vale de diversos medios para imponer valores, costumbres y creencias que le garantizan el control sobre la sociedad para la acumulación de riquezas.
A través de la radio, la televisión, internet, los conciertos, un conjunto cada vez más reducido de empresas elaboran y difunden productos musicales que alienan a los seres humanos, conformando un mercado de consumidores de sus mercancías culturales.
Detrás de estas empresas se reproducen prácticas de explotación atroz sobre los artistas, quienes son reducidos a simples instrumentos. Mientras generan ganancias, son útiles. Cuando no, son desechados sin miramientos. Todos entran en una maraña de intereses que los condena a competir entre sí, reproduciendo el egoísmo, la traición, la envidia…
La música, lejos de ser un medio para la liberación, se convierte en una excusa para la dominación y la opresión, tanto de quienes la realizan como de quienes la disfrutan.
La música, lejos de ser un medio para la liberación, se convierte en una excusa para la dominación y la opresión, tanto de quienes la realizan como de quienes la disfrutan.
Las consecuencias son evidentes: pérdida de valores folklóricos tradicionales, transculturación, destrucción de los valores esenciales del hombre, menoscabo de la identidad y exterminio de las costumbres autóctonas.
Para contrarrestar esta realidad, nace La Liga, integrada por grupos de amplia trayectoria como El Pacto y Palmeras Kaníbales, además de los emergentes Dame Pa’ Matala, La Radio Candela y La Gente. El cantautor José Alejandro Delgado y la agrupación de electro-rock MásMegaHertz completan el diverso colectivo.
